Aumentaron los trastornos alimenticios por la pandemia, advierte nutrióloga

La nutrióloga Diana Pier, especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón), expuso que la pandemia han incrementado los casos de estas enfermedades, pues la ansiedad, incertidumbre y el tiempo dedicado a las redes sociales también crecieron.

El Covid-19, explicó la especialista, es una interrupción en la rutina de vida, genera incertidumbre y ansiedad, características presentes en las personas con trastornos de la conducta alimentaria.

El aumento de casos y conductas de riesgo a partir de la pandemia, aseguró, se verá reflejado dentro de 10 años, “es algo que nunca se había visto (el incremento exponencial de los casos)”; al mismo tiempo, quienes ya padecían TCA intensificaron sus conductas de riesgo.

La especialista destacó que aún hoy en día la vida continúa en estancamiento en diversas esferas: escolar, laboral, social y de todo tipo, lo cual aumenta la tensión e incertidumbre y, a eso, le suma que la gente pasa mucho tiempo en redes sociales viendo contenido gordofóbico que les ocasiona inseguridades y potencializa su ansiedad con la comida.

En redes sociales, apuntó, las personas están mostrando figuras inexistentes o, en su defecto, “la figura de la enfermedad” con cuerpos que se venden como si fueran perfectos, aunque detrás tengan problemas de salud.

Recordó que una de sus pacientes, en un momento grave de su trastorno, subía fotos a su red social y recibía comentarios como “qué bien estás”, “dime, qué hiciste yo quiero”, “qué bueno que adelgazaste”, entre otros; estos señalamientos, exhibió, suelen disfrazarse como positivos.

“Es una irresponsabilidad subir esas fotos y crear un modelo a seguir cuando es una enfermedad”.

Puntualizó que, también por medio de redes sociales, en especial cuando la pandemia comenzaba, empezaron a ejercer presión con contenido diciendo que “ya no hay pretexto” y era momento de hacer ejercicio, dietas y todo lo posible para bajar de peso; esto contribuyó también a incrementar la incidencia de TCA.

Retos de 30 días, dietas keto y ayunos intermitentes son algunas de las otras propuestas que comenzaron a llegar e incrementar las conductas de riesgo para quienes ya eran pacientes diagnosticados y quienes tenían tendencia al padecimiento en aquel momento.

“Una persona con características asociadas a TCA, al hacer este tipo de dietas, se pierden”, sentenció.

Subrayó que el cuerpo perfecto es el que está sano; cuerpos que menstrúan, tienen energía, piensan; “no es un cuerpo ‘perfecto’ si lo único que hace es pasar siete horas acomodándose para estar en la posición clave para que no se vean las formas del cuerpo”.

Hacer este tipo de retos, dietas y poses o ediciones a las fotografías, “no es por amor, es por odio, no puedes matar a tu cuerpo y decir que es por amor”.

Por mencionar algunos casos y la gravedad del asunto, señaló que un hombre bajó 14 kilos en cuatro meses, otra ocho, otra siete y otra subió 10. “Es muy problemático pensar que voy a solucionar mi vida contando calorías […] Olvidándome de mi vida”.

“El cuerpo es una máquina perfecta que saca todas las toxinas diariamente, cuando vas al baño, cuando sudas…”, resaltó al hablar de las supuestas “limpiezas” que ofrecen ciertos tipos de dietas, resaltando que el cuerpo por sí mismo realiza esa función y que todos los alimentos son necesarios y tienen una función.

En el caso de los carbohidratos, a los cuales mucha gente les huye, su ausencia ocasiona mal sabor de boca, trabajo excesivo del riñón, malhumor, estreñimiento y fatiga.

Sentenció que las personas con TCA no tienen vida, pues 90 por ciento de su tiempo están pensando en las calorías que comieron, en su peso, en el ejercicio, etcétera. “La ansiedad no se quita contando calorías, haciendo más ejercicio, matándote de hambre… la ansiedad se quita trabajando en ella”.

Recalcó también que desde el inicio del virus SARS-CoV-2 han enfatizado que las personas con obesidad y/o diabetes tienen más riesgos, pero no han dicho que con la desnutrición también. “No se vayan con la idea que sólo a los obesos, un desnutrido es igual o peor que a un obeso”.

Ante este panorama, invitó a cuestionarse cuánto tiempo pasan en redes sociales y el tipo de contenido que siguen, ya que, como expuso, pueden incidir hasta convertirse en una enfermedad. “Deja de compararte con gente que no tiene nada que ver contigo… Pide ayuda”.

Aseguró que los TCA, sí se curan, pero necesitan tratarse; por eso enfatizó que es importante acudir por ayuda y mientras más pronto sean diagnosticados y tratados, mejor. “Si lo tratas correctamente y terminas el tratamiento el trastorno puede acabarse completamente”; pero, sobre todo, pidió que no se definan como la enfermedad, “son más que una sola cosa”

Cecilia Abreu

Foto: Foto: De Lars Aronsson

La Jornada Maya

Edición: Ana Ordaz 

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