Fernando Álvarez Borges es un yucateco que, a sus 30 años, cuenta con un doctorado en ingeniería y medio ambiente por la Universidad de Southampton, Reino Unido. Actualmente realiza un posdoctorado en la empresa Diamond Light Source, el sincrotrón del Reino Unido. Trabaja en un investigación para crear cimientos, material e infraestructura mucho más barata y eficaz para proyectos eólicos instalados en el mar.
En los países europeos, explicó el investigador, ya no se permite instalar este tipo de proyectos en la tierra, por eso ahora se instalan en el mar; ya no se deforestan los bosques, o hay conflictos por despojo de tierras en comunidades, como se da en el estado.
Para el ingeniero, la mayoría de los empresarios de proyectos renovables en Yucatán y México en general, vela más por sus intereses económicos, ganancias, que por proteger el medio ambiente, pues los proyectos eólicos, que pone como ejemplo, traen consigo especulación de tierras, despojos de terrenos mayas, deforestación y otros problemas sociales, y esto lo hacen con permiso y aval de los gobiernos estatales. «Esto tiene que cambiar; deben velar más por los recursos naturales y los pueblos indígenas y buscar opciones que no involucren dañar la selva o a las comunidades, como moverse al mar», señala.
Álvarez Borges platicó de estos temas, sobre su estancia en Europa, las complicaciones, de la nostalgia por extrañar a la familia y el aroma y sabor de una buena cochinita, el panorama del país en relación a la ciencia e investigación, entre otras cosas.
Graduado como ingeniero civil de la Universidad Autónoma de Yucatán en 2011, empezó a trabajar en la construcción de carreteras y puentes. Tras un par de año decidió que, para progresar, era momento de hacer una maestría en el extranjero, por lo que aplicó para una beca del Consejo Oaxaqueño de Ciencia, Tecnología e Innovación(Cocitei), y en el Conacyt; sin embargo, en ninguna fue aceptado.
Persistió y logró una beca del gobierno británico. Sin pensarlo dos veces, partió en 2013 para cursar un año en Southampton. Luego de concluir la maestría regresó para trabajar en Yucatán, pero el Reino Unido aún tenía más planes para él, pues sus supervisores de la maestría le propusieron estudiar el doctorado, le consiguieron pagar una parte y sólo tenía que buscar apoyos para sus gastos de manutención, por lo que volvió a aplicar una beca y esta vez sí se la dieron en el Conacyt, por lo que volvió en 2015.
Actualmente continúa su proyecto de investigación, con el cual pretende diseñar una mejor cimentación para turbinas eólicas, en Diamond Light Source, que es el sincrotrón del Reino Unido. Un sincrotrón es un acelerador de partículas (electrones) con las que se producen rayos de luz unas 10 mil millones de veces más brillante que el Sol.
Álvarez Borges explica que él hace una especie de modelo a escala de la cimentación, le hace una tomografía a la cimentación puesta en la roca usando rayos X de sincrotrón durante el proceso, con el fin de identificar qué características benefician o perjudican la capacidad de carga del elemento, cómo cambia la estructura natural de la roca al colocar la cimentación de una turbina eólica. «Eventualmente, podríamos obtener información que nos permita diseñar una cimentación más corta y así ahorrar energía, tiempo y recursos materiales, de esta forma abaratando la infraestructura para energías renovables», abunda.
El ingeniero detalla que con el sincrotrón se pueden hacer tomografías más precisas y ver partículas del tamaño de una proteína, de unos cuantos atomos. «Yo uso esa tecnología para conocer mejor la interacción entre la cimentación, la turbina eólica y la roca en la que la instalamos», precisa.
Entonces, si se logra entender qué es lo que controla la capacidad de estas cimentaciones, posiblemente las podamos hacer más pequeñas y con esto se hacen más baratas también, y por ende las energías renovables también. «La idea es poder hacer las energías renovables, en este caso la eólica, más baratas, competitivas, a través de hacer más eficiente su cimentación», detalla.
El investigador indica que en Europa ya no está permitido instalar granjas eólicas en la tierra, por ahora se instalan en el mar, donde hay menores impactos negativos para el medio ambiente, y sociales, ya no hay deforestación ni se despoja de tierras a las comunidades. Pero ahora buscan que los parques sean más pequeños. Si bien este tipo de tecnología ya es madura en Europa, también se quiere un futuro hacer granja eólicas flotantes, que no estén fijas en el suelo.
Yucatán
El yucateco considera que este tipo de tecnologías deberían aplicarse en el estado, que específicamente los parques eólicos deberían fomentarse en el mar, teniendo cuidado en el impacto a la fauna marina y las aves migratorias, pues ya se hace en Europa y otras partes del mundo, y así no se impacta la selva, ni a las comunidades, que es lo que suele pasar con estos proyectos en la entidad. «Se hace más atractivo un proyecto de energías renovables si no involucra deforestar, comprar a un precio barato la tierra a la gente de escasos recursos, si no involucra contaminar el manto freático, dañar especies locales; por eso mi idea es moverse al mar», sentencia.
El investigador, desde su experiencia, sabe que las mismas empresas que trabajan en parques eólicos en el mar en Europa son las que se instalan en México y Yucatán, pero las hacen en tierra porque se puede; los gobiernos lo permiten y les sale barato. «Las empresas no están al pendiente de qué tanto van a afectar a la comunidad o al medio ambiente; están al pendiente de cumplir con las reglas locales y si éstas les permiten deforestar, lo hacen», expresa.
A diferencia de México, en los países europeos las empresas invierten en investigación y vinculación con las universidades para poder instalar sus proyectos sin dañar y para cumplir con las exigencias que los gobiernos les piden y no afectar al medio ambiente o a la sociedad.
Y esto se podría hacer aquí en nuestro país, pero no les ha interesado porque no ha habido la necesidad, lamentó.
Planea regresar pronto a México para aplicar todos estos conocimientos y tecnologías, y le pide a los estudiantes que aspiran a viajar para seguir estudiando a no darse por vencidos; a que si no obtienen una beca, que no se desanimen; que lo sigan intentando.
Fuente: La Jornada Maya – Abraham Bote
