La corrupción no es un fenómeno cultural: Irma Eréndira Sandoval

Cuando las mujeres estemos en justicia representadas se resolverían muchas cosas, como la corrupción, afirma.

Irma Eréndira Sandoval no cree que los hombres sean más corruptos que las mujeres, porque es lejana al esencialismo. Señala que el abuso del poder es el ADN de la corrupción: “No es un fenómeno cultural y estrictamente económico, es más complejo, profundo y doloroso”. Así lo califica la secretaria de la Función Pública, la mujer que opera el lema de la Cuarta Transformación propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La doctora en Ciencias Políticas, economista, socióloga, y con el más alto rango del Sistema Nacional de Investigadores, estuvo unas horas trabajando en Mérida, reunida con los CEO de las principales empresas de Estados Unidos, exponiendo sus ideas sobre el combate a la corrupción pública y privada. Al término de la sesión, nos concedió esta entrevista sentados frente a una cómoda barra del hotel Hyatt, mientras, al mismo tiempo, esperaría el arribo del Presidente, el pasado viernes.

Gusta de leer a Tolstoi, Juan Rulfo, Carlos Fuentes y a Rosario Castellanos. Tiene la paciencia para ver el cine francés, le inspira el jazz cubano y extraña la música guerrerense, pues ella nació en Acapulco.

La investigadora fue la coordinadora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción, en la UNAM, y como diputada constituyente intervino en la redacción de la carta magna que le dio vida a la Ciudad de México y obtuvo el premio Manuel Espinosa Yglesias.

“Soy feminista, actúo en consecuencia feminista, madre de dos hijas e hija de una gran mujer, entonces, sí creo que hay que tener una visión transversal de género; pero decir que el poder lo han tenido los hombres y por eso ha sido tan fuerte la corrupción, se me hace muy fácil; a las mujeres se nos ha castigado y casi no llegamos a donde estoy yo ahora, por ejemplo; a ser Secretarias de Estado, o Directoras Generales o titulares de Unidad o Subsecretarias, no por falta de méritos, falta de ganas o de profesionalización, sino por el hecho de ser mujeres. Eso ayudaría a resolver muchas cosas, evidentemente la corrupción en primer lugar”, afirmó la funcionaria en una plática de 27 minutos en la capital yucateca donde, por cierto, pasará algunos de los días de la Semana Santa, junto a su familia.

Elementos profundos y dolorosos

¿Cómo define qué es la corrupción; es una cultura, un virus, una costumbre, un ADN de la economía o una huella dactilar?
No, la corrupción no es un fenómeno, de ninguna manera cultura. Es un diagnóstico equivocado, creyendo que el norte es menos corrupto y que el sur está lleno de corrupción. No es un fenómeno cultural, es un nuevo fenómeno estructural, lo cual quiere decir, que tampoco es estrictamente económico, sino mucho más complejo y tiene que ver con tres elementos más profundos y más dolorosos para lo que padecimos el anterior régimen, que todavía no termina de morir, pero que está claramente decretado a desaparecer; el abuso de poder, o sea este poder público gubernamental estatal o abuso de poder privado de los CEO, las empresas, el mercado y los actores sociales, que tienen poder, poder fáctico, los que no respetan las reglas y que se van por las peores vías del abuso de poder, entonces el punto principal para mí en la corrupción, es el abuso de poder y por lo tanto eso se vincula al atropellar los derechos fundamentales.

¿Es lo mismo abuso de poder y abuso de confianza?
No, el abuso de poder tiene que ver ya sea con un poder formal, donde se da la confianza, o un poder informal, donde no hay confianza, si no, se infunde miedo, pero poder fáctico, o el abuso del poder estructural, es decir, no el fáctico, ni el constitucional, sino el poder estructural, lo tiene el dinero, y también ahí hay abuso, cuando el dinero determina se está abusando, entonces la corrupción es una mezcla de esas tres cosas.

¿Dónde ubica este rompimiento grave de corrupción y de abuso de autoridad?
Lo ubico precisamente en ese desdibujamiento de las fronteras entre los poderes, antes era muy claro, la división de poderes, lo que era lo público y lo que era lo privado, pero cuando empieza lo zona gris…

Históricamente… ¿de qué estamos hablando?
Pues el neoliberalismo, la privatización en los ochentas, los noventas con más fuerza, el Presidente ha dicho que el padre de la corrupción en México es Salinas de Gortari, junto con su hermano incómodo, Raúl. Ahí donde las divisiones que estoy aludiendo, la división del poder formal y el poder informal, del poder del estado y el poder del mercado, se fusionan y entonces ya hay zonas grises porque antes había un negro y un blanco, pero cuando se fusiona y empiezas a pisar la zona gris, surge el peor abuso de la corrupción que hoy padecemos o que padecimos.

¿Tiene que ver mucho también con el narcotráfico, o sea, cuando la autoridad se hace cómplice o al revés?
Es lo que estoy diciendo. No es un asunto nada más de cultura o de dinero, sino de poder y el narcotráfico es poder, o sea, tiene vastas zonas bajo de poder el poder fáctico.

El hecho de tu nombramiento, tiene dos lecturas: un reconocimiento a una labor curricular de investigadora y también tiene que ver con el género. El poder por lo general está protagonizado por los hombres, es una cuestión de machismo, por cuestión histórica, en ese sentido hay una mayor propensión de los hombres a hacer corruptos, a ser cabrones, que la mujer.
¿Es pregunta o afirmación?

Es pregunta.
Yo no lo considero así. Soy feminista, actúo en consecuencia feminista, madre de dos hijas e hija de una gran mujer, entonces, sí creo hay que tener perspectiva de género, en el análisis político, social y cultural, pero esencializar no me gusta, entonces decir que porque el poder lo han tenido los hombres y por eso ha sido tan fuerte la corrupción, se me hace como muy fácil, muy mecánico, sí creo, eso sí, que no hemos vivido un estadio de cosas, un régimen sociopolítico, en el cual las mujeres estemos en justicia representadas y creo que eso ayudaría mucho a resolver muchas cosas, evidentemente la corrupción en primer lugar, pero muchas otras cosas, o sea, que nos hace falta más visión de género, que no es necesariamente una visión como dices de participación de una mujer o esencializar a una mujer, pero sí una visión de género en la vida pública y yo desde la Función Pública estoy comprometida a ofrecer un servicio profesional de carrera con perspectiva de género, a las mujeres se nos ha castigado y casi no llegamos a donde estoy yo por ejemplo; a ser Secretarias de Estado, o Directoras Generales o titulares de Unidad o Subsecretarias, no por falta de méritos, no por falta ganas, de profesionalización, sino por el hecho de ser mujeres somos discriminadas, ahí sí, eso sí lo afirmo, defiendo y lo combato, pero tampoco me gusta esencializar, te digo, esa complejidad, pero estoy de acuerdo en que sí se abusa de los poderes.

¿Es una cruzada contra la corrupción o un saldar de cuentas con el pasado o es una semblanza hacia el futuro?
Pues las tres cosas. Como responsable de una de las aristas más importantes al menos en el combate corrupción administrativa y pública, que es la Secretaría de la Función Pública, te decía del abuso de poder, pero el segundo punto muy importante es la impunidad, como algo muy muy grave. Se dice que la discrecionalidad es la madre de la corrupción y que entonces se tiene que echar luz y se tiene que transparentar y entonces ya se resolvieron las cosas; facilón. Esa lógica no me gusta, porque tenemos transparencia, y al instituto de acceso a la información, tú mismo sabes como periodista que muchas leyes de acceso no resuelve nada, porque lo que predomina es la impunidad, es decir, ¿de qué nos sirven las leyes de transparencia, leyes de protección a periodistas, leyes de protección a leyes de auspicio de libertad de expresión? Ve lo que pasó ayer con Assange. Entonces las leyes no sirven de nada y por lo tanto la discrecionalidad supuesta que se necesita para violar la ley es una mentira, es un mito genial, lo que está realmente lacerándonos como Nación, es la impunidad, es el cinismo; te violo, violo la ley, violo tus derechos, saco a Assange de patas de una embajada, contra sus derechos, contra toda convención internacional, así yo mando, la impunidad y ese es el segundo punto, abuso de poder más impunidad.

¿Y esa parte cómo la van a resolver? Estamos acostumbrados por la prensa, que a veces también es impune, a que queremos víctimas, ¿las habrá?
Sí, tengo datos muy fuertes de cómo hemos estado avanzado a pasos grandes con las sanciones. Tenemos alrededor de 2 mil 500 investigaciones en curso de diferentes niveles y tamaños, pero lo más importante son las investigaciones que ya se vuelven una vista a la fiscalía, un asunto que deviene en una sanción penal, o sea, de meter a la cárcel a los corruptos y ahí durante el último año de la administración de la Secretaría de la Función Pública con Arely Gómez, mi anterior predecesora, se abrieron nada más 21 investigaciones que obviamente todas cayeron porque estaban mal integradas y yo en estos 100 días llevo 28 investigaciones, es decir, no solo cumplí el 100 por ciento, sino más. Estamos trabajando a marchas forzadas con mucha convicción. Logramos que tres altos funcionarios de Pemex, incluyendo una especie de Subsecretario de Pemex, el Director de Exploración y Producción fueran suspendidos y cesados por nuestras investigaciones.

Para ir terminando: ¿Me define tres cosas que le gustaría lograr en su paso por la Secretaría de la Función Pública?
Muy concretitas, la primera es hacer que los Contralores Internos, los Órganos Internos de Control, los ojos y brazos de la Secretaría en todo el sistema nervioso de la Administración Pública, reaccionen. Eran como un cuerpo muerto en donde los Contralores no reaccionaban, dejaban ver, dejaban pasar, dejaban hacer todo, yo lo que quiero es que realmente sean muy reactivos a prevenir, denunciar e investigar, esa es mi aspiración máxima, que salgan de un sitio de confort en donde nada más estaban sentados, cobrando y firmando papeles. Que salgan a la calle, que investiguen y me ayuden con ese fomento de la cultura de la denuncia, esa es mi primera aspiración.
La segunda se vincula a lo que decíamos de la perspectiva de género; que la profesionalización tenga esa perspectiva y al decir perspectiva de género, suena así muy filosófico, abstracto, pero en concreto, quiere decir no discriminar. Quiero un servicio profesional que no discrimine y la no discriminación, obviamente, viene a la mujer porque las mujeres somos discriminadas, mal vistas y vapuleadas, pero también viene a ciertas instituciones públicas, o sea si veníamos de la UNAM a pedir trabajo a alguna dependencia de gobierno éramos rechazadas automáticamente, en cambio, si veníamos del ITAM éramos automáticamente refrendados como cuadros altos técnicos profesionales; eso es discriminación y eso ya no lo quiero en un Servicio Profesional de Carrera y para el servicio público. Quiero que lleguen los mejores del ITAM y de la UNAM eso sí, profesionalizar, elevar el estándar, pero no discriminar ni por género, por orientación sexual, por edad, ni por estado de la república; también eso, a los del sur. Soy muy orgullosa guerrerense, acapulqueña, a los morenitos nos veían mal, mujer, peor, gay peor, la UNAM, olvídate.

¿Muy similar a la Península de Yucatán, al racismo en Yucatán?
Sí, pues el racismo es una forma de dominación y de corrupción, ahí sí ya, cultural.

Le faltaba uno.
Bueno la tercera es básicamente la Ética Pública, generar una nueva ética pública.

A eso voy, con eso podemos terminar. El servidor público en la Cuarta Transformación, con las ideas de un Presidente que profesa la honrosa medianía juarista y la visión de la pobreza franciscana, ante una generación de cincuentones con hijos millennials. ¿Cómo ves esto? ¿Qué es el servicio público ahora o cuál debería de ser el elemento en esta Cuarta Transformación?
Pues eso. Estamos en un gran momento histórico, porque la historia nunca se va, la historia es cíclica, nos acompaña, a veces se ve más dormida, pero está latente y a veces sale con toda su fuerza, ahorita yo creo que está saliendo con toda su fuerza, por eso Andrés Manuel le llama la Cuarta Transformación, entonces en este devenir cíclico de la vida, en este devenir cíclico de la historia, estamos en lo mejor. Lo mejor de las Adelitas, de los zapatistas, de los juaristas; lo mejor de la vena popular. Yo quiero contribuir, así me enseñó mi madre y padre, a tener autoestima cultural, siempre los del norte, los gringos en particular, lo del norte nos enseñan a sentirnos menos y creo que si nos empujan pues podemos hasta ser más. Es un momento muy bonito para nuestros hijos el pensar que tenemos un Presidente culto, que conoce la historia, que va a recuperar las fechas históricas. Él sí va a celebrar la Revolución y no el puente del buen fin, él si va a celebrar a Benito Juárez y no la abdicación del estado laico, en fin.
Es muy bonita la posibilidad que él abre, no para escribirla, no es un historiador, es un amante de la historia, pero abre los cauces para que los que necesitamos podamos empujar… Creo que ya llegó el Presidente de hecho.

Y en efecto se acercaba el momento en que AMLO arribaría al lobby del hotel Hyatt donde los dirigentes de las empresas lo esperaban para traducir las claves del ADN de la 4T, las cuales están en manos de Irma Eréndira.

La Jornada Maya

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