De acuerdo con los resultados oportunos de los Censos Económicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) del 2019, el outsourcing subió tres puntos porcentuales en los últimos 10 años (del 13.5 por ciento, en 2014, a 16.3, en 2019).
El coordinador de la Licenciatura en Comercio Internacional de la Facultad de Economía, de la Universidad Autónoma de Yucatán, Gabriel Alejandro Rodríguez Cedillo, consideró que esto demuestra que hay cuestión estructural de la economía mexicana, y yucateca: las empresas ya no quieren hacer compromisos con los trabajadores, no quieren pagar seguridad social, pensiones un compromiso a largo plazo con los empleados. “El outsourcing es otro medio para no caer tanto en la informalidad”, indicó.
Entonces les conviene más optar por este modelo porque permite generar un mecanismo de competencia mediante licitaciones. Por ejemplo, agregó, las empresas de seguridad privada, donde otra empresa u organismo de gobierno en lugar de contratar a gente para que sea guardia de seguridad contrata a una a estas agencias, entre ellas compiten por la licitación y se escoge la del precio más bajo.
Aunado a esto, según el académico de la Facultad de Economía, al haber poco empleo bien pagado, algunas personas tienen que ir a Hacienda y ponerse como Prestador de Servicios Profesional o empresas que prestan servicios a otras instituciones para integrarse al campo laboral. “El outsourcing es otro medio para no caer tanto en la informalidad: las personas dicen no tengo empleo, pero puedo hacer esto, no importa que pague a Hacienda, lo importante es que tenga trabajo; mientras menos genere problemas las empresas… es un medio de subsistencia para muchos”, concluyó.
La Jornada Maya – Abraham Bote