La protección de la privacidad mental es una iniciativa única en el mundo
Con el avance de las tecnologías utilizadas para realizar la lectura de cerebros, en Chile se debate la regulación de la protección de la privacidad mental con una iniciativa que plantea, por primera vez en el mundo, el resguardo de los neuroderechos.
Pero, ¿a qué se refiere este concepto?. De acuerdo con el proyecto presentado, la ciencia debería desarrollarse en un marco que reconozca y resguarde el derecho a la privacidad mental, a la identidad y autonomía personal; al libre albedrío y autodeterminación; al acceso equitativo a la aumentación cognitiva y a la protección de procesos automatizados de tomas de decisiones.
La preocupación surge a raíz de los avances en neurotecnologías, que son capaces de mejorar e incluso recuperar las habilidades humanas, como los implantes para la audición o los tratamientos para el Parkinson, hasta las interfaces cerebro-máquina, como las desarrolladas por Neuralink, del CEO de Tesla, Elon Musk, que podrían realizar una lectura más completa del cerebro, cuyos datos serían usados a favor de quien ocupa estos dispositivos.
Un artículo publicado por la Universidad de Chile expone que con el avance de las neurociencias y la manipulación del cerebro, la privacidad mental quedaría expuesta sin consentimiento al escrutinio de otros. También plantea el cuestionamiento de responsabilidades en la actuación de una persona cuyo cerebro ha sido conectado a una máquina.
“Una persona podría estar expuesta a que todos sus pensamientos y privacidad mental esté exhibidos al escrutinio de alguien. Ahí hay una amenaza a la privacidad mental, en términos de que alguien puede saber lo que yo quiero y lo que pienso, y no queda a mí la decisión de que la persona lo sepa”, explica Pedro Maldonado, director del Departamento de Neurociencia e investigador del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Por ello, el grupo de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado desarrolla una propuesta que incluye cinco medidas para proteger la integridad y privacidad mental:
*Propone la prohibición de cualquier intromisión o forma de intervención de conexiones neuronales mediante el uso de neurotecnología, interfaz cerebro-computadora o cualquier otro sistema o dispositivo que no tenga el consentimiento libre, expreso e informado, de la persona o usuario del dispositivo.
*Prohibiría cualquier sistema o dispositivo cuya finalidad sea acceder o manipular la actividad neuronal, de forma invasiva o no invasiva, si éste puede dañar la continuidad psicológica y psíquica de la persona, es decir, su identidad individual, o si disminuye o daña la autonomía de su voluntad.
*Establece que los formularios donde se solicite consentimiento para la intervención, invasiva o no, de neurotecnologías indique los posibles efectos físicos de su aplicación, los eventuales efectos cognitivos y emocionales de los mismos, los derechos y deberes, normas sobre privacidad y protección de la información, medidas de seguridad adoptadas, y contraindicaciones.
*Pide que los datos neuronales sean considerados un dato sensible de salud.
*Además, promueve que la recopilación y difusión de los datos neuronales de las personas se ajuste a disposiciones que se establecerán en la ley sobre trasplante y donación de órganos.
Cabe destacar que la propuesta tiene como base el artículo Cuatro prioridades éticas para las neurotecnologías e Inteligencia Artificial, de la revista científica Nature, que fue encabezado por Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia, quien lidera el Proyecto Brain (Brain Reseaarch Through Advancing Innovative Neurotechnologies), principal promotor de la protección a los neuroderechos.
Los legisladores advierten que si bien estos avances son una valiosa aportación en el área de medicina, también existe un riesgo de manipulación de la mente humana a través de la aplicación de algoritmos guiados con el comportamiento cerebral.
Astrid Sánchez
Foto: AFP
La Jornada Maya
