La temperatura en animales aumenta más rápido que la de los humanos
El repunte de los termómetros en Yucatán puede ser un factor nocivo para la salud de los animales, sobre todo en el ámbito doméstico. Uno de los mayores riesgos que corren perros y gatos es el llamado golpe de calor, el cual suele suscitarse cuando estas especies se exponen a temperaturas de más de 40 grados.
“Como las personas, los animales también pueden sufrir el golpe de calor cuando, por ejemplo, los dejan afuera de las viviendas sin agua. Esta situación puede derivar en hipertermia”, advirtió Paulina Góngora Loeza, médica veterinaria egresada de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
La temperatura en perros y gatos aumenta con mayor facilidad que en los seres humanos, explicó, lo cual puede derivar en esta condición. Los animales domésticos transpiran mediante la piel de sus patas -y jadean en el caso de los canes- mientras las personas pueden regular la temperatura a través de la sudoración.
Los animales recién nacidos y los adultos son más propensos a padecer un golpe de calor cuando están expuestos a condiciones prolongadas que elevan su temperatura corporal, por lo que es vital que las y los responsables de su cuidado tengan en cuenta los síntomas, en especial durante las estaciones calurosas, añadió.
“Cuando veas que no se motiva o su respiración está acelerada, podría estar pasando por el golpe. También podrían presentar vómitos, temblores o mareos”, mencionó la doctora Góngora en referencia a los síntomas de esta condición.
La profesional aseguró que el golpe de calor puede ser mortal en perros y gatos, por lo que es de suma importancia tener conocimiento de su existencia y las maneras en las que puede prevenirse.
“Para evitar esta condición, es importante que las mascotas tengan acceso a agua fresca; y con esto, evitar su deshidratación. Tampoco sacarlos a pasear a horas en que la temperatura se eleva e impedir que realicen mucho ejercicio durante este tiempo”, señaló.
Cuando el golpe de calor es inminente, Góngora Loeza exhorta a las personas a trasladar al animal a una zona fresca y llamar de inmediato a la clínica veterinaria. Mientras tanto, se puede rociar un poco de agua fría sobre el perro o gato y ponerle encima toallas mojadas a fin de mejorar su respiración.
En el caso de la fauna urbana, sin hogar, Paulina Góngora exhorta a la gente a ser empática y permitir que se resguarden temporalmente en los hogares. También pueden colocarse recipientes con agua fresca a sus afueras para mitigar los efectos de la onda cálida que azota al estado desde hace poco más de una semana.
Juan Manuel Contreras
Edición: Estefanía Cardeña
Foto: Fernando Eloy
La Jornada Maya
