La milpa maya peninsular obtuvo de parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) la declaratoria como Sistema Inteligente del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), con lo que podrá lograr apoyo internacional y un plan integral para su preservación, dio a conocer Salomón Bazbaz Lapidus, especialista en patrimonio cultural inmaterial de la Unesco.
Bazbaz Lapidus declaró que desde hace años la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), autoridades de los tres estados de la península y milperos propusieron ser reconocidos en esta categoría, y el jueves 3 de noviembre se hizo la declaratoria oficial.
El entrevistado abundó que no sólo es la milpa, sino también los procesos y su importancia en el sistema sociocultural del pueblo maya. “La milpa maya es mucho más que su propio sistema alimentario, es una escuela de tradición, es donde los campesinos saben las orientaciones, los vientos, las estrellas, pero también cómo funciona el sistema de milpa con plantas complementarias como la calabaza, el frijol y el maíz, que se van entrelazando desde las raíces”, detalló.
Es importante para todo el patrimonio cultural de la región, porque hay que recordar que todas las fiestas patronales o la mayoría de ellas están dedicadas a los ciclos agrícolas y este sistema de tumba, quema y siembra es muy importante en esta región, por el tipo de suelo que hay.
Refirió que para este proyecto la FAO solicitó un área como plan piloto, de manera que se asignó el Área Natural Protegida Ich Kool, en el estado de Yucatán. En la declaratoria se consideraron aspectos como que la milpa maya tiene una existencia de al menos tres mil 500 años, que es un sistema único y aunque se practica en otros territorios, en esta zona tiene la diferencia que la actividad se hace en un suelo kárstico.
Además, señaló que el sistema se encuentra en Mesoamérica, que está considerado centro de origen de plantas domesticadas y en ese sentido hay más de 100 especies. Se ha generado material genético con gran adaptación a la sequía, a plagas y en ese sentido pudiera ser estratégico para enfrentar el cambio climático, además de que este sistema contribuye a mantener la producción agrícola mundial.
«La milpa ha favorecido una nutrición completa y de alta calidad, ya que estas tres especies nativas, como la calabaza, frijol y maíz, contienen todos los nutrientes que el cuerpo humano requiere, como carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales», expuso Salomón Bazbaz. Agregó que el sistema biocultural de la milpa depende de la energía solar y no de la fósil, lo que es importante porque mantiene estable la vegetación, porque se integra a la selva.
Indicó que hay selvas conservadas por este sistema, aun siendo mayormente residuales, lo que contribuye de forma importante a la captura de dióxido de carbono. El sistema biocultural maya contiene el área milpera más extensa del país y es la segunda selva tropical más grande de América Latina.
Para el experto de la Unesco, el sistema presenta alta resiliencia climática, porque ha pasado por huracanes, incendios y hasta devastaciones y todo sigue funcionando muy bien: «La milpa no sólo es estratégica para la reproducción biológica sino para la reproducción de la identidad cultural del pueblo maya y esto es muy importante porque pues como sabemos también se está perdiendo la milpa».
Comentó que en un estudio realizado a más de 200 mil milperos de Yucatán se ha logrado comprobar que la sustentabilidad de la milpa se asienta en su filosofía y espiritualidades, con la premisa fundamental que han dicho los mayas que la selva no le pertenece al ser humano y sus sobrenaturales dueños tienen un poder superior al hombre, de manera que somos parte de, mas no los dueños de.
Este nombramiento a la milpa maya permitirá que haya un sistema de protección y una plataforma de apoyo a nivel internacional, porque también hay muchas amenazas, como la alta vulnerabilidad económica; “la mayoría de la gente de la milpa no puede vivir de la misma más que como autoconsumo”.
El entrevistado sostuvo que si esto se fortaleciera este sector tendrían menos migración a otros tipos de trabajo y las personas podrían dedicarse mayormente a esta milenaria práctica.
Bazbaz Lapidus manifestó que otra cuestión a tomar en cuenta es la erosión de la biodiversidad genética, que es una amenaza gigantesca por el reemplazo con semillas transgénicas mejoradas, los sistemas agrícolas mecanizados, entre otros factores negativos, y si no hay una transmisión generacional se van perdiendo parte de la cultura y del sistema ante la falta de valoración.
