Las tradicionales cantinas y bares de mediodía de Mérida tendrán que esperar hasta la ola 3 de la reactivación económica en Yucatán.
Tras 85 días de cierre, el impacto económico para estos establecimientos ha sido brutal y ven lejana la fecha para abrir sus puertas y recuperarse.
“Han sido pérdidas cuantiosas” afirma la propietaria del bar La Negrita, Patricia Martín Briceño, sitio que se ubica en el Centro Histórico y es el favorito de bebedores locales, así como de turistas nacionales y extranjeros.
Con miras a la reapertura, se trabaja en diversas mejoras dentro del local para guardar la sana distancia, entre otros protocolos para el personal y los parroquianos.
Y es que la tradición del meridano de ‘ir por dos frías’ para refrescarse o cerrar la semana con el viernes social se vio interrumpida desde hace casi tres meses cuando se declaró la emergencia sanitaria.
Para la ‘ola 3’, los negocios deberán estar listos, de lo contrario, de no recibir el visto bueno de los inspectores estatales seguirán sin funcionar.
Lo que preocupa a los empresarios del ramo es que, al reducirse el número de mesas, para negocios pequeños no será rentable.
Quienes disponen de terrazas y espacios abiertos podrán ampliar la distancia entre clientes, pero en sitios cerrados será más complicado, comentó Martín Briceño.
Otra de las nuevas modalidades es que quien acuda a un bar o cantina deberá previamente hacer una reservación, a lo que el yucateco no está acostumbrado.
“Habrá que tomar medidas, generar una mayor confianza para la clientela, para que regrese a sus centros de diversión y se cumplan las exigencias sanitarias que está demandando la autoridad”, explicó.
De este importante sector dependen meseros, garroteros, administrativos, músicos, además de los servicios de proveeduría.
ACOM
